Los colores del verano ya llegaron, y predominan los blancos de las casas encaladas, de las pamelas vaporosas, del azahar y los jazmines que adornan con sus aromas los atardeceres silenciosos de las cercas y vallados, el blanco cegador de las salinas. Todos podemos celebrar esa llegada, ese sol quemador hará de elemento disruptivo que propicie un cambio, a mejor naturalmente. Mientras tanto, los colores brillantes adornarán las horas interminables en la playa, el sol como un espejo sobre el agua tranquila del mar, otras veces serán olas que juegan con la blanca espuma y azotan suavemente la quietud de todo ese escenario maravilloso.
Son muchas las personas que tienen la sensación de dedicarle mucho tiempo a la limpieza del hogar y a recoger y ordenar sus estancias pero que, sin embargo, continúan teniendo la sensación de que su casa continúa estando sucia o muy desordenada. Esto se debe, con mucha probabilidad, a una clara falta de espacio, pues si no tenemos sitio para guardar los objetos y los vemos acumularse, siempre tendremos la sensación de que nuestra casa acumula más polvo de lo normal y que estos objetos están en un lugar que no les corresponde.
Vivimos en unos tiempos donde los grandes avances tecnológicos parecen acabar con todo lo que hasta no hace mucho imperaba. Pues bien, aunque pueda parecerlo, existen ciertos sectores que no solo no han claudicado a los avances, sino que han sabido adaptarse de la mejor manera a los tiempos en los que vivimos. La cerámica es uno de ellos.
Dicen que la sonrisa es el espejo del alma. Cuando una persona sonríe de corazón se ve perfectamente. Cuando alguien es feliz, su signo es el de sonreír. Son muchas las frases y citas que evocan a vivir con una sonrisa. Sin embargo, no siempre sonreír es plato de buen gusto para las personas. Y no me refiero a los problemas que pueda tener, sino por motivos estéticos. Hoy vamos a saber un poco más sobre la sonrisa gingival. Un problema que afecta a más españoles de lo que te puedes pensar.