Desde pequeño he tenido siempre una ilusión, la verdad es que no era nada del otro mundo, pero siempre por unas cosas u otras nunca pude hacerlo. Hasta que un día, tengo que decir que después de pasar un importante problema de salud, decidí que lo iba a cumplir. Estar ingresado durante 20 días por culpa del maldito covid me permitió pensar muchas cosas Y una de ellas fue que los sueños están para cumplirlos. Y más cuando son tangibles, porque no estoy pidiendo la luna.
Pues mi sueño era algo tan sencillo como tener una casa de campo. Y sí, es algo que siempre he tenido cerca pero nunca me atreví hacerlo. El gran problema es, como suele pasar, el económico. Y es que nunca es buen tiempo para comprar nada. Recuerdo que quise hacerlo, pero llegó la crisis de 2008. Luego, cuando parecía que había ahorrado algo, llegó la pandemia y mi enfermedad. Por eso, me puse las botas y decidí comprar una casa de campo. Ahora, dos años después de tenerla creo que he hecho una obra arte. Incluso me permito el lujo de deciros los elementos que tienen que tener para hacer de una casa de campo toda una obra de arte. Os cuento.
Tenía claro que mi intención era construir una casa de campo para disfrutar de la tranquilidad y la belleza natural que el campo suele ofrecer. Y es que ya lo viví cuando era un crío en mi pueblo, pero es cierto que vivíamos con mis tíos y abuelos y nunca fue lo mismo. Cuando tenía mi mente en la cabeza, la idea de diseñar mi casa era bien clara, yo lo que quería es un espacio cómodo y acogedor donde me pudiera relajar y reunirme con amigos y familiares. Es ese momento de la vida en el que la tranquilidad es reunirte con los amigos en tu casa, alrededor de una botella de vino y mientras se hace una barbacoa. ¿Verdad? No creo que haya nada mejor en esta vida.
Uno de los elementos que tenía claro que no iba a faltar en mi casa de campo era una amplia pérgola en el jardín. La pérgola es el lugar perfecto para disfrutar del aire fresco y la vista al aire libre. Cierro los ojos y me imagino en mi jardín, leyendo un libro con música clásica de fondo y con una copa de vino. Es la imagen de la felicidad y de haber sabido cumplir con los deseos que te pones en la vida. Debajo de esta pérgola siento que estoy en un espacio sombreado para leer, comer al aire libre o simplemente relajarme. Eso sí, mi recomendación es que sepas elegir bien la pérgola que pones, porque dependiendo de la zona donde vives puede sufrir más o menos. Por ejemplo, en mi caso los chicos de Pergoland me recomendaron que pusiera una bioclimática, ya que son estructuras que permiten una protección solar inteligente y una regulación de la temperatura de forma natural, así como la protección de las inclemencias del tiempo.
Y luego en un jardín no pueden faltar muebles de exterior que sean cómodos, como mecedoras y un juego de mesa y sillas para poder compartir comidas al aire libre. La cosa es sentirse a gusto y feliz .
Una chimenea
Además de la pérgola, sabía que una chimenea al aire libre es un complemento maravilloso para las noches frescas. La verdad es que siempre me he imaginado alrededor del fuego, contando historias y compartiendo momentos inolvidables, y es algo que he podido cumplir. La que más me gustó fue una quedada que hicimos con todos los compañeros (bueno, todos los que pudieron venir) de los compañeros de BUP, muchos ya no sabéis qué es esto. La verdad es que mereció la pena organizarla.
En el interior de la casa, opté por una decoración cálida y acogedora. Y lo hice con muebles de madera rústica y textiles suaves que la verdad nos están diciendo que nos sentemos y nos relajemos. La cocina, que para mí también es vital, hay que equiparla con todo lo necesario para preparar deliciosas comidas con los amigos, y el salón también tenía una chimenea de leña para las noches más frías.
Confort
Para agregar un toque de confort adicional, también pedí que instalaran un sistema de calefacción por suelo radiante y grandes ventanales que permitían que la luz natural entrara en los espacios interiores. Y la verdad es que supuso también un descenso del gasto de energía. Además, no podían faltar unos espaciosos dormitorios con camas grandes y acogedoras, donde poder descansar plácidamente después de un día en el campo.