No es la primera vez que entra en debate el tema de viajar con animales. Mientras que en otros países se dan ciertas facilidades, en España es algo casi prohibido, pues aunque hay posibilidades, las restricciones son tantas que a veces merece más la pena buscar a alguien que se haga cargo del animal y lo cuide mientras estamos fuera que intentar llevártelo contigo. El problema de esto, además del trauma que puede suponerle al animal no entender por qué pasa una semana, dos, o meses sin su propietario, es que hay quien al no encontrar nadie que quiera hacerse cargo del animal, decide abandonarlo a su suerte o en protectoras de animales.
Lógicamente, desde Channel Insider no se pretende justificar este acto, pues es aberrante, pero sí creemos que es interesante matizar que España pone demasiados obstáculos a los amantes de los animales. Por ejemplo, mientras que en otros países las limitaciones para subir a transportes públicos son más permisivas, en España está totalmente prohibido en la mayoría de las comunidades autónomas, a no ser que se trate de un perro guía por supuesto. Del mismo modo, los perros no pueden acceder a casi ningún restaurante en nuestro país, mientras que en otros países vemos a familias comiendo con sus perros echados bajo la mesa y sin problemas. Está claro que hay que tener civismo, y si un animal no está educado para comportarse, el propietario debería tener la cabeza suficiente como para no meterlo en ningún espacio con otras personas. Aunque claro, eso de pedir civismo en España es un poco cínico teniendo en cuenta que hay un gran porcentaje de personas que no recogen las heces de sus canes, y mucho menos van a echar agua sobre sus micciones, y así pagan justos por pecadores.
No obstante, y gracias a la movilización de muchas asociaciones y vecinos de las diferentes ciudades, cada vez son más las empresas que empiezan a abrir el veto a los animales en sus negocios. Y es que es injusto que quienes son respetuosos, higiénicos y educan a sus perros, tengan que cargar con el hándicap de no poder ir con sus mascotas a ninguna parte. Pero esto es la pescadilla que se muerde la cola, porque ellos no pueden ir a donde quieran con sus canes porque una gran parte de la población con perros es irrespetuoso, incívico y no muy higiénico. El cuento de nunca acabar…
Ya podemos volar
Pero como hemos dicho, las cosas están cambiando. Uno de los pasos más importantes que hemos dado en los últimos años es conseguir que los perros y gatos puedan viajar ahora seguros en avión. No es que antes no pudieran viajar, es que las condiciones no eran las idóneas. Hoy en día hay empresas especializadas que velan por la seguridad de estos animales que viajan en bodega, la mayoría debido a que su tamaño es demasiado grande como para hacerlo en cabina con su dueño. Si queréis información al respecto podéis visitar Animalesporavion.com y la web del Estado.
Ir en tren también es una posibilidad, aunque en este caso el pasaje del animal está muy limitado a su raza, y a su peso, tanto que los que pesan más de 10 kilos tienes muy complicado subir a un tren. En autobús, por supuesto, ni lo mentamos, aunque hay algunas salvedades dependiendo de la compañía.
Para viajar desde España a un país de la Unión Europea, el animal de estar identificado con un microchip, debe estar vacunado contra la rabia, disponer de pasaporte europeo para el movimiento de animales de compañía, y si el destino es Reino Unido, Irlanda, Malta, Finlandia o Noruega, además deberemos tratar a nuestro perro contra la E.multiocularis entre 24 y 120 horas antes de llegar al país.
Para viajar a un país no miembro de la Unión Europea los mejor es que nos informemos en la embajada o el consulado de dicho país sobre los requisitos y la normativa, para ello podemos acudir a la página web del ministerio responsable del país y consultar la información disponible en CEXGAN, el apartado de exportación de animales de compañía.
En cuestión de alojamientos la cosa cada vez mejora un poco más, pues son muchos los hoteles y alojamientos rurales que admiten animales. Además, también son cada vez más los destinos que adaptan áreas turísticas para propietarios con mascotas, como en Alicante, donde cuentan con más de una playa canina a la que mascotas y dueños pueden ir a pasar el rato.